EL DIFUNTITO DEL DIA

-Vos Rubidia, ¡apuraaaateeeee! Vení a ver... ¡Pero apurate, pues!

- ¿Y qué rejodidos te pasa a vos? ¿Qué´s, pues?

- Están sacando un muerto de allí de la casa de don Paco. A mí se me hace que es aquel Rolando, vos, el que alquilaba allí un su cuartito.

- ¿Será vos, Boa? Qué miedo. Pero, ¿y por qué no vamos a ver de cerquita y de paso a lo mejor salimos en Nuestro Diario o hasta en el Noti 7?

- Fijate vos Rubidia que pensé que te ibas a asustar cuando te dije del muerto. Y toda tranquilona me contestás. ¡Hasta querés ir a ver de cerquita!

- ¡Tsá, vos! ¿Y qué tanta novedad puede ser que aparezca muerta gente por aquí, vos? Ni por esta colonia, ni en toda Guatemala. La semana pasada, tres fueron los caláveres que aparecieron bien muertos en l'otra calle. Si eso ya es el pan de cada día. No mirás que a los periódicos esos les dicen mejor "Muerto Diario" y "Muerto al Día".

- Sí, ¿vaá, vos? Si exprimís esos periódicos, hasta les sale sangre, digo yo. Y es que no es sólo un muerto diario; son un montón. Y son más los cadáveres de las pobres mujeres que aparecen por allí tiradas bien muertitas. Qué fea se está poniendo Guate, vos Rubidia. Y se dice así, vos: Cadáveres, no caláveres. Tan atarailada que sos.

- ¡Ah! Yo pensé que se decía así porque venía de "calavera". Pero vamos a chotiar, pues, quién es el difunto. Porque si es el Rolando, ese de plano le hacía honor a su nombre, porque yo lo miraba medio raroso por allí, todo callado y paliducho. Como que sí se andaba "rolando", pero la mota, o yo no sé que más, porque la Adelaida de la tienda de allá, me contó que un día lo vio con unas jeringas, ' jate vos. Y es que la mayoría que aparecen muertos de un día para otro, casi todos, o son mareros o ladrones o narcos, vos Boanerges.

- No, vos, Rubidia, eso no es cierto. Eso es una mala idea que la gente tiene en Guatemala, y no es así. Hay muchas personas decentes que aparecen muertas en las calles, porque han sido víctimas de la violencia que estamos viviendo. Sí, aquí en Guatemala se acabó el enfrentamiento armado, pero se agrandó esta babosada de la delincuencia, vos. Siempre hay una lucha, por el hambre y el atraso en que vivimos todos. No sólo son las maras; también hay crimen organizado para los secuestros y otro montón de ladrones independientes. Si eso ya es una empresa para muchos.

- Yo digo que sólo les hacen algo a los que andan metidos en babosadas o, de plano, a la gente rica porque, ¿qué le van a robar a otro pelado igual que ellos? Por ejemplo a mí, ¿por qué me van a venir a matar? ¿Qué chingaos me van a robar a mí? ¿Los peines?

- Pues andate con cuidado, vos, porque ya no tardarán en venirte a pedir impuesto los mareros. Y, si no les das, te dan aguacate.

-¡Ay!, ni Dios lo quiera vos, persinate la trompa. ¡Uy, no! ¡Qué miedo! Esos mareros ya ni madre tienen.

-¡Allí está el detalle! Vos dijiste sin querer una gran verdad. Si hubiera más responsabilidad por parte de los padres, por criar y educar bien a los hijos, las sociedades fueran mejores. Pero hay mucha desorientación, patojitos teniendo más patojitos; no hay fuentes de trabajo. Todos los problemas tienen una causa y una explicación, especialmente cuando se trata de personas. No sólamente es de juzgar y condenar uno, vos. Ya viste el nene aquel que vimos crecer, el Tito, se volvió marero, pero acordate en las que andaban los papás; ni coco le ponían al pobre patojo. Eso es como una cadenita vos. ¡Aaah! Es un pijo de cosas, que para qué entrar en discusiones. Pero es eso, vos, un patojo se pierde, porque no tiene estabilidad en el hogar; en la familia, pues.

- Qué bonito hablás, vos Boanerges, todo educado sos. Aunque a veces me sacás de onda con tanto que me corregís y porque con todo eso que sabés, deberías de tener un mejor trabajo, y así no me alegarías cuando te cobro las peladas en el Salón y, de paso, me pagarías las hartadas que te venís a dar a mi casa.

- Ya vas vos, ya vas vos, cobrándome con escuela. Pero, mirá, mejor esperame aquí. Voy a ir yo a ver quién es al fin el muertito...

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- ¡Uy vos! Fijate que el cadáver sí es del Rolando, pero ya viste que te dije. El pobre dicen que se murió porque era diabético y como ya hace días que no tenía trabajo, se le terminó el pisto para su insulina y ya no amaneció entre los vivos. Te lo dije, babosa, ya estás condenando tu alma. Directito al infierno te vas a ir.

- ¡Ah, puchis! Como vos sos cuate del cachudo, bien sabés que para allá me voy a ir. Pero, de veras, qué pena me da el muertito... ¡Que Diosito lo haya perdonado! Pero vos, Boanerges, entonces así ya no me dieron ganas de ir a ver, porque por muerte natural ya no viene Nuestro Diario ni vamos a salir en la tele.

- Mejor esperate que te vuelen cuchillo a vos, así salís en la portada, ¿vaá, vos Rubidia? Sos asorocada con ganas, vos. Pero no es culpa tuya. Ya en Guatemala la gente como que se está enajenando con tanta muerte violenta.

- Dejá de estarme deseando que estire los hules, vos. Mejor andate, que vas a llegar tarde al partido de fut. Yo mejor ya voy a cerrar el Salón y me quedo pescueciando desde la ventana, a ver en qué termina lo del muerto. Y, de paso, le voy a rezar alguito para que Dios lo limpie de pecados, que los tuvo pero muy chiquitos. Ay, no. Tan bueeeeno qu'eeeera...